domingo, 31 de julio de 2011

arritmia en la FIL 2011
















algunos textos que después se convertirían en Arritmia se encuentran en el último número de la revista de arte y literatura Un Vicio Absurdo, a la venta en el stand de la Universidad de Lima, también en el del 2010, encuentran textos de Cuerpo Tendido y en el del 2008 de Plástica.






Bucolica Polución de Erika Meier, primer poemario del sello Elepé de Borrador Editores, asolapa los próximos títulos de la serie, el siguiente será Arritmia

Mariana me dio el número de Verástegui y lo llame. Marque su número y estaba ocupado, así como una tres o cuatro veces. De él, solo había leído En los extramuros del mundo y hace más de cinco años. No podía recordar un solo titulo de sus poemas y a él solo lo había visto por fotos. Volví a llamarlo y me contesto una chica, en ese momento, no supe como llamarlo: don Enrique, señor Verástegui o solo Enrique. Opte por la primera y a los pocos segundos se puso al teléfono. Le conté que era amigo de Mariana, que iba a publicar un poemario pronto y que su opinión sobre la última versión seria de mucha importancia para mí. Quedamos en vernos después de almuerzo para conversar, entregarle el texto y, como él dijo, tomarnos un yogurt.

Llegue a su casa en La Molina, cerca al cruce de Ingenieros con Constructores. Al pararme frente a su puerta, supe que estaba apunto de conocer a uno de los escritores más importantes del Perú. Me abrió y lo supuse joven, rápidamente me hizo pasar a su casa. Tenía una chompa azul y lentes de culo de botella. Poco a poco, algo confundido por el hecho de estar en su casa, lo comencé a observar y supe que Verástegui había sido tocado por el tiempo. Paso media hora en el que él se me quedaba mirando a mi sin saber que decir y yo sin saber que preguntar. Sin entendernos. Luego, pasamos a hablar de nuestros poetas y cineastas favoritos a medias. Me contó que no veía futbol, que solo le gustaba el voley.

Y así, hablando de cualquier estupidez menos de las cosas que algún día pensé preguntarle, me acompaño a la puerta. Al salir a la calle, me pregunto si tenia dinero - poco, creo, ¿para qué? - ¿me puedes comprar una botella de yogurt? - sí - y fuimos a la bodega que queda al costado de su casa. En realidad, su casa es entre dos bodegas. Sbelt de durazno. Y en ese momento, antes de despedirnos, dijo algo que nunca voy a olvidar - bueno, Franco, un gusto habernos conocido, pero, creo que estas un poco loco - yo, ¿un poco loco? - sí, ¿te quieres morir joven? - no, yo no me quiero morir joven - parece que estuvieses luchando contra la locura - no entiendo - ¿como se llama tu poemario? - arritmia - okey, te llamo entonces, nos vemos -. Y se metió tan rápido a su casa que yo todavía no lograba entender la situación, ni la primera palabra.

Me llamo a los dos días, que lo pase a visitar, que ya había leído el poemario. Le lleve una botella de yogurt con sabor a guanábana. Esta vez, la visita fue muy rápida. Estaban pintando el segundo y tercer piso de su casa. Le entregue el manjar y el a cambio unas felicitaciones, y de su bolsillo saco un papel redactado a mano que me entrego. Solo me dijo, que lo había escrito con mucho cariño. Al leerlo, mi sorpresa fue grande, el texto que me que leí luego en el micro de regreso a casa, es el siguiente:

Una tarde de invierno - el mes de julio es triste, alterado solo por el amor a la patria que sentimos todos los que, de un modo u otro, vivimos geografía e historia - se me acerca un joven poeta, me dice llamarse Franco Finocchiaro, quien, ojos húmedos y mirada profunda, me deposita un libro que acaba de escribir en las manos. El libro se llama Arritmia y, cuando el joven se despide, después de conversar no hace mucho tiempo, me pongo a leerlo. Escrito a sus 22 años, el libro - que maneja impecablemente los planos cinematográficos - presenta una destreza admirable, que habla de un joven maduro, cineasta cuya primera película es gramatical.

Parecido a uno de esos filósofos de café que aparecen en las mejores películas del cine europeo, mi vida que transcurre en un templo de gramática - se detiene por momentos ante bellos libros, como este, que felicito públicamente y luego me alejo a mi ermita.
Leanlo y saluden a este joven.

Enrique Verástegui
Lima, 26 de julio del 2011




haciendo el amor sobre la tumba de Chabrol
aquí se sangra poesía.

pag 19. "Cicatrices" de Arritmia.